Los agapornis son una de las especies de loros mascota más populares y, para quienes están familiarizados con ellos, no es una sorpresa. Hermosos e inteligentes, estos pequeños pájaros han sido uno de los tipos de loros africanos más queridos durante más de 100 años. Sin embargo, existen muchos mitos sobre los agapornis, su comportamiento y cómo es tenerlos como mascotas. Si está interesado en aprender más sobre cómo son los agapornis, debería seguir leyendo para descubrir datos básicos sobre estos pequeños y luchadores pájaros.
1. Los agapornis se aparean de por vida
Las aves monógamas alcanzan la madurez sexual cuando tienen unos diez meses de edad. El apareamiento comienza con el comportamiento de cortejo y puede continuar durante sus aproximadamente 15 años de vida. La monogamia es esencial para la estabilidad social de las manadas y subyace en gran parte de su comportamiento social.
2. Los agapornis se añoran unos a otros
Si una pareja muere o se separa del rebaño, su compañero exhibe un comportamiento errático que algunos han comparado con la depresión. A las aves que se tienen como mascotas a menudo no les gusta estar solas y mostrarán un comportamiento similar en cautiverio.
3. Los agapornis se alimentan unos a otros
A menudo, después de una larga separación o un período de tiempo estresante, las parejas reproductoras de agapornis se alimentan entre sí para restablecer su vínculo. Un pájaro transfiere comida a la boca de su pareja, una técnica de alimentación que recuerda al afecto humano; de ahí la inspiración para el nombre de los loros.
4. Hay más de una especie.
Las nueve especies clasificadas como agapornis provienen todas del género Agapornis. La mayoría de los agapornis tienen un cuerpo verde y lucen diferentes colores de plumas en la cabeza. Sus parientes más cercanos son los loros colgantes, que se encuentran en Asia.
5. Los agapornis son de África
Los agapornis son originarios de África, concretamente de los bosques del África subsahariana y Madagascar. Los agapornis son nativos de los bosques y sabanas del África subsahariana y Madagascar. En Sudáfrica se han desenterrado fósiles de antiguas especies de agapornis que datan de hace 1,9 millones de años.
6. Pero es posible que veas un agapornis en el comedero para pájaros de tu patio trasero.
Eso es si vives en el suroeste de Estados Unidos, San Francisco o ciudades de África. Estas áreas albergan poblaciones salvajes, bandadas que probablemente escaparon de un aviario o son restos de un aviario abandonado.
7. Los agapornis viven en agujeros
Los agapornis habitan en cavidades y en la naturaleza viven en agujeros en árboles, rocas o arbustos. Algunas especies anidan en grupos, mientras que otras forman parejas para construir sus nidos lejos de la bandada. En entornos urbanos, podrían depender de cualquier cosa, desde un árbol hasta una grieta de un edificio. Los agapornis con cara de melocotón de Phoenix, Arizona, suelen vivir en cactus.
8. Las diferentes especies de agapornis construyen sus nidos de diferentes maneras
Los agapornis pescadores (Agapornis fischeri) llevan tiras individuales de corteza de árbol en el pico. Los agapornis cara de melocotón (Agapornis roseicollis), por otro lado, esconden corteza entre sus plumas. Los científicos creen que el comportamiento más complejo de este último es un rasgo ancestral y han utilizado esta faceta de la construcción de nidos de los agapornis como ejemplo de la intersección del comportamiento evolucionado y aprendido.
9. Algunos agapornis son andróginos
En tres especies de agapornis, los machos y las hembras tienen características definitorias que permiten distinguirlos. Por ejemplo, entre los agapornis de alas negras (Agapornis taranta), los machos tienen una corona de plumas rojas, mientras que las hembras tienen un plumaje completamente verde. Pero otras especies no tienen el mismo grado de dimorfismo sexual, lo que dificulta determinar su sexo con solo mirarlas. En algunas especies, los machos pueden ser ligeramente más grandes que las hembras, pero es necesaria una prueba de ADN para obtener resultados concluyentes.
10. Los agapornis no comen chocolate
Puede parecer de sentido común, pero guarda tu chocolate y dáselo a un humano. Los agapornis sobreviven con una dieta saludable de semillas, bayas, frutas y, ocasionalmente, larvas de insectos en la naturaleza. En África, también se les conoce como astutas plagas de cultivos, ya que se alimentan de las granjas de mijo y maíz.
11. Los tortolitos pueden ser malos
La agresión no es infrecuente en los agapornis. Los loros son territoriales y se sabe que se llevan mal con aves de otras especies. Dentro de su propia especie, los agapornis también pueden volverse celosos u hormonales durante la temporada de apareamiento. En cautiverio, se sabe que se unen tanto a otras especies de aves como a otros agapornis, siendo los agapornis con cara de melocotón los más notorios por su comportamiento agresivo.
12. Los agapornis pueden ser portadores de enfermedades zoonóticas que afectan a los humanos.
Algunos estudios sugieren que los agapornis pueden portar bacterias de levadura (Cryptococcus neoformans) capaces de infectar a los humanos, pero sólo recogen las esporas bacterianas si entran en contacto con las heces de las palomas. Otros informes encuentran evidencia de un parásito llamado Encephalitozoon hellem en los agapornis Fisher, con cara de melocotón y enmascarados. Los investigadores plantean la hipótesis de que los parásitos pueden propagarse a humanos con sistemas inmunológicos comprometidos, como los pacientes de SIDA.
13. Algunos pájaros del amor podrían estar en peligro de extinción en la próxima década
El agapornis de mejillas negras (Agapornis nigrigenis), originario de Zambia y que se encuentra en partes de Zimbabwe y Botswana, está clasificado como vulnerable en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN. El mayor problema es la sequía (posiblemente impulsada por el cambio climático a largo plazo), que está secando las fuentes de agua regionales de las que dependen las bandadas. La última encuesta sitúa la población de agapornis de mejillas negras en alrededor de 10.000 aves en total.
14. Los tortolitos inspiraron el día de San Valentín
Los estudiosos suelen citar un poema de Geoffrey Chaucer como la primera evidencia de la conexión entre la celebración religiosa del día de San Valentín y el amor romántico. El poema “Parlamento de las faltas” presenta dos pájaros que exhiben todas las marcas del amor humano.
Curiosidades sobre los Agapornis
Es uno de los loros más famosos en la actualidad, pero… ¿Qué sabes realmente del agapornis? No te preocupes si no se te ocurre una respuesta, te contamos algunos datos interesantes sobre el agapornis para que te sorprendas.
- El agapornis fue descubierto en 1887 por el Dr. Fischer en África. Pero, aunque fue descubierto hace casi 150 años, no llegó al continente europeo hasta que el zoólogo alemán Carl Hagenbeck trajo algunos ejemplares en 1973. ¡No hace mucho!
- Su nombre, Agapornis, proviene de la unión de las palabras griegas “ágape”, que significa amor o cariño, y “ornis”, que significa pájaro. Por eso en inglés se les conoce como agapornis y en español también se les llama love birds o pájaros inseparables.
- Pero ¿por qué lo llamarían pájaro del amor? Porque el agapornis es uno de los pájaros más “amorosos”. Como la mayoría de las aves, es una especie monógama. Una vez que encuentra a su pareja, nunca se separa de ella. Y si su pareja muere, intentará encontrar otro pájaro con ideas afines con quien compartir el resto de su vida.
- El agapornis es un pájaro del amor, incluso con su dueño. Su carácter tierno lo hace muy cercano a su dueño. No importa si está solo o en pareja, es normal que cree un vínculo muy especial. Además, le encanta jugar con él, estar fuera de su jaula y que lo mimen acariciando sus plumas.
- El agapornis es muy cariñoso, pero también muy territorial. No les gustan los extraños alrededor de su territorio, y si no les agradan a otro animal o alguien, pueden ser agresivos.
- Aman mucho el agua. Les encanta tanto tener una bañera en sus jaulas como meter la cabeza bajo el grifo. Las salpicaduras son fundamentales para ellos.
- ¿Cómo se distingue una agapornis hembra de un macho? Buena suerte si quieres descubrirlo sólo por su apariencia. Ambos sexos son tan similares que sólo una prueba de ADN podría decirte con seguridad si estás ante uno u otro.
- El agapornis es zigodáctilo. ¿Qué quiere decir esto? Las garras del agapornis están colocadas de manera diferente a las de otras aves. En este caso, dos dedos apuntan hacia adelante y los otros dos apuntan hacia atrás.
Esperamos que estos interesantes datos y curiosidades sobre el agapornis os hayan ayudado a conocer un poco mejor a estos pequeños. Tienen mucho carisma ¿no? ¿Te gustaría traerte a casa a uno de estos pequeños influencers?